Centro de Estudios para la Democracia
Proactiva
La ingobernabilidad democrática como
instrumento de lucha
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Editado y actualizado: Naples, 4 de
junio, 2021
MIAMI – julio 20, 2009
-
La ingobernabilidad democrática es la
herramienta de lucha por excelencia para
sacar del poder a los gobiernos
totalitarios o autoritarios de corte ‘izquierdistoides’.
La ingobernabilidad democrática es la
versión moderna de la lucha cívica no
violenta que no toma como centro la
demanda de derechos civiles, sino la
exigencia de bienes y servicios
concretos a partir de la insatisfacción
generalizada de las prestaciones
sociales. Esa insatisfacción social
confirma la inoperancia del régimen, que
lo convierte en ilegitimo y justifica la
creación de un gobierno alternativo.
La izquierda ha manejado muy bien la
insatisfacción social como bandera de
lucha, algo que se atribuye como propia
y cuando asume el poder la convierte en
su patrimonio. Y negligentemente, la
oposición al verse sin base social,
trata de confrontar el poder político en
la cúpula, no desde su base, para
recuperar el poder de convocatoria y la
capacidad movilizativa de los más
necesitados.
La estrategia es similar a la de los
movimientos sociales de izquierda, algo
así como la cura a partir de su propio
veneno, pero con otro fin: recuperar la
democracia de origen y en ejercicio.
Aquí hay que tener mucho cuidado, no
subestimar la capacidad operativa de los
regímenes totalitarios y quererlos
enfrentar con las herramientas típicas
de la democracia, porque pueden ser
oxígeno para su fuego.
No hay experiencia del desmonte de un
sistema totalitario bajo esta condición
social, donde se haya impuesto la
voluntad de los que no quieren vivir
como siempre sobre los que quieren
seguir viviendo como hasta ahora. Sin
embargo, eso no significa la ineficacia
del método propuesto, cuando no hay
ninguna alternativa viable a la vista.
El caso cubano es buen referente, aunque
no se ha encontrado el método apropiado
para salir del totalitarismo, si ha sido
un buen teatro de operaciones donde se
han ensayado un sin número de
estrategias, que ante sus evidentes
fracasos, no ameritan repetirse en
nuevos escenarios como Venezuela,
Bolivia, Nicaragua o Ecuador. A pesar de
la advertencia, al menos en Venezuela se
imitaron los métodos y dieron igual
resultados. Sin embargo, Venezuela ha
sido un laboratorio donde escenarios que
se creían vitales para un mejor
desarrollo de la lucha liberadora como
el multipartidismo, elecciones,
fronteras terrestres, tenencia de armas,
etc. tampoco dieron resultaos positivos.
La ingobernabilidad democrática necesita
de una voluntad cívica, que debe formar
parte de una disciplina espiritual y
psicológica de los líderes, para
llevarla a cabo. Y de una conciencia
nacional, al menos de la dirigencia
superior opositora, para evitar que las
artimañas del poder puedan hacerlos caer
en su propia trampa, como conminarlos a
abandonar su escenario natural de lucha
hacinándolos emigrar, bajo la premisa de
“enemigo que huye puente de plata”.
La Oposición nunca puede ser reactiva, sino
proactiva, trazar y adelantar sus
propias iniciativas, principalmente las
relacionadas con su base social. En este
aspecto es muy importante las
observaciones que hizo la periodista
Hilda Pupo S. del
periódico Ahora de Holguín: “Resultar
maltratado cuando le prestan un servicio,
y no reclamar por pena o porque se cree
infructuoso, alimenta, sin quererlo, las
actitudes conformistas. Aceptar en
silencio una desfachatez, es la mejor
manera para acrecentar los tan
criticados actos de violación de sus
derechos como consumidor, usuario,
paciente o simple ciudadano; es
renunciar a la posibilidad de protegerlo”.
La indefensión adquirida es parte de los
mecanismos sistémicos de los regímenes
totalitarios, que se estabilice como una
cultura, incluso para los derechos
básicos, entonces que decir frente a
derechos civiles y políticos, que
conllevan más riesgos y son menos
atractivos para la población común.
La importancia de la ingobernabilidad
democrática, que no es más que el
reclamo generalizado de los bienes y
servicios ante un gobierno que es
responsable de todo, es que tiene como
objetivo descentralizar la represión,
darle una base moral a la lucha política
y motivar a las masas para su
incorporación a la misma. La masividad
impide la responsabilidad directa de
líderes que podrían ser encausados y
sometidos a medidas ejemplarizantes, que
puede incluir hasta la pena de muerte.
Esto es parte de la estrategia de un
expreso político y líder de la oposición
santiaguera, que siempre llamaba a
saturar la represión como estrategia de
lucha.
La ingobernabilidad democrática, aunque
es un fenómeno de masas, debe ser
orientado, canalizado y liderado por la
oposición política y la sociedad civil.
Quienes a su vez deben definir muy bien
y dejar bien claro el papel y la
diferencia entre movimientos políticos y
organizaciones de la sociedad civil,
para no interferir en los objetivos y
propósitos de cada una de ellas y
desvirtuarse de su verdadero papel ante
la sociedad.
Los líderes de la oposición política y
de la sociedad civil son los primeros
que deben interiorizar el alcance y
estrategia de la ingobernabilidad
democrática, que con la implementación
masiva de sus métodos alcanzarán
el propósito de la unidad en la lucha,
sin buscar esa unidad estructural, que
muchos se proponen y que se hace
imposible de lograr. No obstante, la
efectividad de la ingobernabilidad
democrática depende de la capacidad de
los líderes de preparar y capacitar a
sus activistas en este método de lucha,
que a su vez serán los encargados de
ponerlos en práctica y servir como
detonantes en las demandas sociales.
Los integrantes de la oposición
militante, son los primeros que deben
asumir una conducta de ingobernabilidad
y ponerla
en
práctica permanentemente. Eso significa,
no deponer la asistencia a ninguna
actividad programada, por causa de una
citación de los órganos represivos; no
permanecer voluntariamente en los puntos
de citaciones después de la hora fijada
sin la atención del funcionario previsto;
no aceptar métodos de tortura física y
psicológica, como permanecer
pasiblemente en las oficinas de
interrogatorios por tiempo indefinido
con la climatización a niveles
humanamente insoportables. No aceptar –nunca–
como bueno el trato dispensado durante
detenciones largas o cortas; no pagar
multas por implicaciones políticas y
estar preparados para la confrontación
política con sus represores y la
aceptación voluntaria y consciente del
sufrimiento que impone la lucha, para
enfrentar el miedo que nos impone el
enemigo como tortura psicológica.
La oposición tiene que preparar
seminarios para impartir los métodos de
la ingobernabilidad democrática y las
organizaciones entrenar a sus activistas
en la implementación de la misma. Los
activistas deben aprovechar todo
escenario propicio, para resaltar la
inconformidad social, desde una reunión
de barrio hasta una manifestación
espontánea de ciudadanos. Siempre
haciendo alusión a su representatividad
social como miembro de una organización
de la oposición política o de la genuina
sociedad civil.
Las condiciones objetivas y subjetivas
para implementar este método de lucha
están dadas, prueba de ello, fue la
visita por los diferentes municipios del
Primer Secretario del Partido Comunista
en la provincia de Santiago de Cuba,
Lázaro Espósito a quien la población lo
bombardeó con sus planteamientos y
quejas, por las pésimas condiciones que
viven, principalmente los pobladores de
las zonas rurales.
La oposición política para lograr sus
objetivos de vinculación con las masas
tiene varias premisas que cumplir: a)
Convertirse en una oposición real y
técnicamente definida bajo los
principios y métodos establecidos bajo
los cánones internacionalmente
reconocidos b) Identificar los
principales reclamos de la sociedad y
salir en su representación para
demandarlos, no para solucionarlos c)
Asumir los riesgos y sacrificios de la
lucha interna, sin abandonar el país. No
se puede predicar la moral de la lucha,
con una visa en el bolsillo d)
Estructurar mecanismos de
representatividad y elegibilidad
política que ponga a la oposición en
capacidad de formar gobierno.
La ingobernabilidad democrática no tiene
como premisa convertir a los individuos
en patriotas, sino crear los mecanismos
que los obligue a comportarse
patrióticamente y para ello,
hay que contrarrestar los elementos
negativos en la sociedad, como el
escapismo, abandonar el país como única
alternativa viable para lograr
resultados deseados a corto plazo. Solo
permaneciendo en el país se puede
incidir en esa gran mayoría de la
población que está obligada a quedarse
en la Isla, a pesar del inmovilismo
generalizado, albergando la esperanza de
algún día abandonar el país. Los que
permanecen en el país son los únicos que
tienen la posibilidad de implementar la
ingobernabilidad democrática, si algún
día quieren
disfrutar de su
propia en libertad, no de una libertad
ajena y prestada por demás.
Hay que asumir como cierto los riesgos
que representa asumir una actitud de
ingobernabilidad, que infiere la
posibilidad real de ir a la cárcel. Pero
la ingobernabilidad es un cambio de
mentalidad que conlleva en sí misma un
cambio de actitud. Esa actitud es una
manera diferente de enfrentar las
imposiciones del poder, por lo que la
cárcel es parte de la estrategia, que
incluso puede llegar a provocarse para
saturar la represión y desmontar uno de
los instrumentos represivos más
efectivos de los regímenes totalitarios,
el miedo.
La prisión tiene dos componentes que se
deben tener en cuenta, si se quiere
vencer su efectividad como método
represivo: que se considere un fin, un
propósito. En un término muy nuestro,
como una tarea y que los que vayan a
cumplir esa misión, reciban una atención
esmerada por parte de sus compañeros,
primero para con su familia, desde el
mismo instante de la detención y luego
con los encarcelados.
El apoyo tiene que ser moral, material y
logístico, pero algo preconcebido para
que los luchadores políticos y sociales
enfrenten los arrestos y
encarcelamientos, seguros de que sus
seres queridos, incluso bajo su
responsabilidad, estarán amparados por
sus compañeros de lucha. Solo así se
podrá elevar la moral de nuestros
activistas, que podrán asumir las
detenciones y encarcelamientos como
parte de esta nueva estrategia de lucha.
La participación masiva en la
ingobernabilidad democrática, será el
mejor antídoto contra la represión, hay
que llevar el régimen a la represión
masiva, para poderlo saturar. En este
sentido hay que desplegar todo un
movimiento cívico contra la pena de
muerte, expresión máxima de la represión
del régimen, pero que entra en franca
contradicción de los movimientos
sociales izquierdistas, ya que el
enfrentamiento a la pena de muerte es
uno de los componentes fundamentales del
antiamericanismo mundial.
Si la ingobernabilidad democrática
contempla un cambio radical en la
mentalidad, también requiere de un
cambio radical en las acciones que
necesitan de nuevas estructuras para
implementarlas. Así, la creación de los
Municipios de Oposición, sería el
embrión de nuestros futuros gobiernos
locales, pero además sería la mejor
manera de que la población se vaya
acercando y reconociendo a un nuevo
liderazgo.
La decisión de algunas organizaciones
políticas del país de implementar
algunas iniciativas de la
ingobernabilidad democrática, obliga a
acelerar la elaboración metodológica de
su puesta en práctica y la capacitación
masiva de los activistas políticos y
sociales en esta nueva forma de
oposición, que va a requerir de un nuevo
componente humano, con motivaciones e
intereses diferentes.
La descentralización de la oposición y
la creación de estructuras locales que
canalicen las inquietudes sociales y
demanden del gobierno el cumplimiento de
sus obligaciones materiales y de
servicios, va a necesitar de recursos
externos y de un compromiso mayor de
aquellos que un día formaron parte,
precisamente de esta oposición.
Los pueblos no pueden arrastrarse a la
lucha, hay que crear mecanismos que los
entusiasme a participar en ella. Los
gobiernos de oposición local pueden
motivar, incluso a las personas
radicadas en el exterior a apoyar la
lucha interna y facilitar que la ayuda
de las Agencias norteamericanas se
distribuya de forma más equitativa a
nivel nacional y no como hasta ahora que
favorece a grupos y personas de acuerdo
a los intereses de los que las
distribuyen desde el exterior.
El uso de la tecnología y la fiebre de
los blogs, podría facilitar darle rostro
a todos nuestros municipios, donde cada
uno pueda promover desde sus nuevas
figuras políticas hasta sus proyectos
sociales y sus actuales condiciones,
incluso de infraestructura, como es la
falta de viviendas, viales, agua
potable, electricidad, transporte, etc.
La ingobernabilidad democrática incluye
el ejercicio de todas las libertades,
desde la política hasta la económica.
Por tanto, debe insistirse ante los
campesinos el derecho que les asiste de
producir y vender libremente sus
productos y a los ciudadanos a comprar y
vender libremente sus bienes y servicios.
El mercado negro ha sido la expresión
máxima de desobediencia de la población
cubana, por tanto, debe entenderse como
acto de reivindicación social ante la
falta de la libertad económica.
La oposición tiene que identificar todas
aquellas promesas que la llamada
“Revolución” le hizo al pueblo y empezar
a ejercerlas libremente, como un derecho
natural que le existe, desconociendo las
imposiciones que ahora se les imponen.
Muchas de ellas no aparecen bajo
prohibiciones o regulaciones jurídicas,
como es el traslado de productos
agrícolas desde las zonas rurales hacia
la ciudad, los que muchas veces son
decomisados de forma arbitraria, hay que
educar a la población y representarla en
la defensa de su libertad de ejercer
todo lo que no esté prohibido o bajo
prohibiciones ilógicas e irracionales.
Los Municipios de Oposición como su
nombre lo indica, son una estructura
política fuera del control político y
administrativo oficial, por tanto, sus
actividades no pueden ser las mismas de
los Gobiernos Municipales en ejercicio,
sería un error tratar de suplantarlos o
realizar actividades que alivien sus
responsabilidades. Los Gobiernos
Municipales de Oposición no pueden
prestar servicios, distribuir bienes y
productos o realizar obras sociales,
etc. que los aparten de su verdadera
función, la demanda social.
El objetivo de los Gobiernos Municipales
de Oposición es ganar representación
ante la población a partir de las
demandas sociales, desde lo individual
hasta lo colectivo. Las demandas
sociales son los pilares de los
fundamentos políticos, no se puede ver
una cosa separada de la otra. La
representación política se adquiere
liderando las aspiraciones sociales de
la población. En esta etapa pasaremos de
las demandas sociales a las proclamas
ciudadanas, a partir del levantamiento
social de cada municipio.
Los Municipios de Oposición tienen que
lograr una estructura desde la base, con
delegados a nivel de circunscripción,
que serán los que recogerán las
inquietudes o quejas de los individuos,
principalmente aquellas que el gobierno
ha rechazado o dejado en un limbo de
solución. Las personas afectadas o
víctimas de la negligencia estatal deben
conocer que su caso está siendo atendido
por los comisionados de oposición en
cuestión o sus delgados, porque son
quienes deben rendírseles cuentas de las
gestiones realizadas, para lograr el
reconocimiento de la población y que
ésta pueda identificar quienes son sus
verdaderos líderes sociales.
Los delegados a nivel de base o
circunscripciones tienen que estar al
tanto de las situaciones individuales de
los ciudadanos y presentarlas al
Delegado del Poder Popular, a la vez que
la pasa al Comisionado correspondiente.
La sumatoria de todas esas
irregularidades será objeto de un
informe bien redactado y minuciosamente
corregido, firmado por el Comisionado a
quien corresponda y el presidente del
Municipio de Oposición, quienes lo
presentarán al Poder Popular Municipal y
sus respectivas Direcciones, según
corresponda: Vivienda, Salud, Transporte,
etc. Los casos de competencia jurídica,
los Comisionados de Derechos Humanos
también presentarán las reclamaciones
ante la Fiscalía Municipal, Provincial o
Militar según corresponda.
La estrategia ante la actitud de
indiferencia o de oídos sordos, que las
autoridades puedan asumir a los reclamos
presentados por los comisionados, será
la divulgación masiva de las
deficiencias recogidas en los informes,
que, aunque todo el mundo la conoce, al
ser representadas y acreditas a una nueva
autoridad interna de oposición, les roba
el espacio político y representativo a
las autoridades gubernamentales.
Los reclamos masivos, no necesariamente
tienen que ser manifestaciones populares,
tal vez puedan aparecer espontáneamente
en etapas subsiguientes, cuando las
masas adquieran una mayor
responsabilidad en la toma de decisiones.
Sin embargo, la ingobernabilidad
democrática, contempla el método de la
protesta masiva interna, que hace más
efecto, más civilizada, participan entes
pensantes y pone en menos riesgos a la
población, que casi siempre queda como
víctima del exceso y abuso de la fuerza.
El ejercicio del poder, la vinculación
con las masas, el conocimiento de la
realidad de cada sector y un liderazgo
bien ganado, hace de los gobiernos de
oposición una cantera para un futuro
gobierno democrático en Cuba. Por esta
razón es contraproducente que la
Comisión Municipal de Oposición esté
compuesta por personas que estén en
trámites de salida del país, o que esa
sea su prioridad. Eso los descalifica
moralmente ante la población, porque no
hay convocatoria posible ni una
convicción política que venza el miedo,
con una visa de refugiado en la mente o
en el bolsillo. Por tanto deben
revisarse los acuerdos migratorios y
corregir todo aquellos que menoscabe la
lucha, no necesita un ejército de
exiliados, sino todo un pueblo
reclamando justicia y libertad.
La iniciativa de la Ingobernabilidad
Democrática contempla una redefinición
de la oposición interna, que va desde el
comportamiento ante las fuerzas
represivas hasta una imagen de liderazgo
y representatividad, que incluye desde
el uso de modales correctos, porte y
aspecto y postura de una oposición
profesional. Nuestros líderes deben
despuntar como futuros cuadros de un
gobierno democrático, pero deben
comenzar desde ya. Tenemos que crear las
personas con condiciones de ser
elegibles y los mecanismos de elegir,
hoy la oposición no está en capacidad de
elegir un liderazgo nacional que
sustituya el gobierno en el poder.
Las actuales circunstancias imponen
algunas improvisaciones, pero los
Gobiernos Municipales de Oposición
tienen que lograr la renovación
constante, premiando la evolución y
desarrollo de los delegados y
comisionados, por su servicio a la
población. Solo sí obtendremos los
mejores cuadros, nuestros futuros
servidores públicos.
La ingobernabilidad democrática es una
responsabilidad de todos, y debe ser una
actitud permanente y una obligación de
los que han llegado por conciencia a
formar parte de la oposición. Tiene que
ser una actitud ejemplarizante ante la
población que pretendemos representar.
Los promotores de la iniciativa a
cualquier nivel deben concertar una
reunión con todos los líderes de la
oposición y de la sociedad civil de su
radio de acción - en este caso el
municipio - para pedir su cooperación,
faciliten la logística y brinden el
apoyo de sus activistas y militantes
para formar la gran de red de los
municipios de oposición.
La logística de acción indica que las
reuniones masivas casi siempre son
frustradas, nuestra metodología de la
ingobernabilidad democrática indica que
las coordinaciones se harán de la forma
más práctica, a nivel celular si es
necesario, de esa misma forma se pueden
dar los seminarios, en capacitación
directa, como realizan sus labores los
Testigos de Jehová
Si aspiramos a líderes capacitados para
ocupar cargos de gobierno a cualquier
instancia tenemos que formarlos con
conocimiento de causa. Los diferentes
comisionados deben hacer un inventario
físico y situacional de toda la
infraestructura de su municipio, y
cuando las circunstancias lo permitan
trazar proyecciones de las necesidades
básicas de su sector para posibles
proyectos, a partir de las demandas
sociales. Hay que lograr en el menor
tiempo posible la capacidad de formar
gobierno, hoy no la tenemos.
Las tareas de un Municipio de Oposición
son tan amplias que se necesita de la
participación de toda la fuerza
opositora de la localidad, por tanto, es
necesaria la identificación pública de
todos los opositores e integrantes de la
incipiente sociedad civil de cada
municipio. Es muy importante que la
población conozca quienes son los
luchadores sociales, se pueda valorar la
capacidad y crecimiento de la oposición
y desde el exterior, se pueda conseguir
el contacto directo con sus
conciudadanos municipales.
La efervescencia política, de un
municipio de oposición determinado, se
podrá medir por la capacidad de la nueva
prensa independiente, que jugará un
papel muy importante, cubrir las
demandas sociales de los comisionados y
documentar las irregularidades que son
motivo de quejas de la población. El
rebote de esa información será la mejor
arma que tendrán los delegados y
comisionados para emplazar a las
autoridades gubernamentales. Todos los
municipios de oposición, por esa razón
deben tener un blog que refleje sus
actividades y todo su trabajo que sea de
interés público, tanto nacional como
internacional.
Los municipios de oposición funcionan de
forma autónoma, no hay una Dirección
Nacional de Municipios de Oposición, ni
representantes en el exterior, cada
municipio realizará sus propios
contactos para su patrocinio. La
directiva de cada municipio podrá
determinar el contenido de trabajo de
sus comisionados teniendo en cuenta las
características propia de cada municipio,
siempre que mantenga lo conceptuado en
los lineamientos y objetivos para lo que
fueron creados.
Cada delegado sube a los comisionados un
informe de los medios básicos, inmuebles,
centros de servicios, de salud,
educacionales e industrias en su área de
atención. Los delegados además de la
información que reciben directamente de
la población, deben tener a activistas
que lo apoyen en su trabajo de búsqueda,
documentación y verificación de las
informaciones.
Uno de los propósitos más importantes de
la Ingobernabilidad Democratíca es la
masificación y diversificación de la
lucha en busca de la represión saturada.
No podemos tener hombres montañas,
hombres orquestas, que sean objetivos
ejemplarizantes del régimen y
potenciales candidatos a la manipulación.
La lucha tiene que estar presente en los
campos y las ciudades. Los lugares de
silencio tienen que adquirir su propia
voz, por eso cada municipio de oposición
tiene que tener su propio blog, para
darse a conocer y ser conocido. Si
tenemos 169 municipios, potencialmente
tenemos 1690 luchadores sociales
diseminados en cada punto del país. Eso
es imposible de controlar y la
ingobernabilidad se hará presente. Y lo
fundamental, no existe el marco legal
para reprimir a quien demanda lo que por
moral se le debe dar. La causa inventada
aquí no tiene cabida, no hay cárcel para
tanta gente. ¡Pa’la calle!
Sin embargo, la estrategia del régimen
no cambia: las amenazas, que algunas
veces se cumplen u otras veces se asumen
como reales y con ello se logra la auto
represión. Esas intimidaciones, que
provienen de ejecuciones reales como
precedente, hacen mucho daño. Por eso,
con la ingobernabilidad democrática se
pueden superar esos temores. Las
citaciones, los interrogatorios, las
detenciones y la prisión misma deben
convertirse en una herramienta de la
Ingobernabilidad Democrática.
En las citaciones deben tomarse todas
las medidas, desde el apoyo a la familia
del citado hasta su acompañamiento a la
cita. Las citas tienen que cumplirse con
el horario señalado, de lo contrario
abandonar el lugar de inmediato, hay que
hacerse ingobernable.
Los interrogatorios deben convertirse en
un acto de demanda políticas y sociales,
arrebatarle el protagonismo al
interrogador y hacerlo responsable por
la situación del país. Obviar sus
amenazas y preguntas, nada de eso
cambiará el final destino del
interrogado.
Las detenciones, pasan por una
preparación psicológica: desde la
entrada por un túnel a oscuras hasta la
espera de un Instructor que nunca llega
en un curto cerrado con una
climatización excesiva, debe hacerse el
intento por apagar el equipo de aire
acondicionado o abandonar el recinto,
ante esta actitud de inmediato surge la
solución.
Las prisiones son una buena tribuna para
la Ingobernabilidad Democrática, pero
hay que eliminar el mito del auto
aislamiento, debe utilizarse cada acto
dentro de los destacamentos en las
prisiones para alzar la voz en defensa
de todos los presos, principalmente por
los presos sociales o los abusos que se
cometen contra los presos comunes, aquí
también hay que hacerse ingobernable. La
prisión tiene que asumirse como una
misión, no como un castigo, así la
asimilan mejor los presos comunes,
incluso aquellas personas que son
llevadas a misiones internacionalistas,
dejándolo todo atrás, asumiendo riesgos
y sacrificios, sin la razón moral de una
causa que les asiste lo hacen con una
voluntad consciente.
La Ingobernabilidad Democrática no es
ocultar lo que hacemos, sino desobedecer
lo que se nos impone. La importancia de
esta iniciativa es que, aunque el
enemigo conozca la estrategia, no tiene
la capacidad de neutralizarla, porque
parte de su propia naturaleza. La
Ingobernabilidad Democrática tiene la
fuerza de la lluvia, que, aunque la
veamos venir, no se puede evitar.
Entonces, como dijera nuestro Apóstol
José Martí: “Es la hora de los hornos, y
no ha de verse más que la luz”
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